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contamos historias de la naturaleza para sobrevivir a la ciudad

Cómo recolectamos y trabajamos con plantas prensadas

El proyecto

COLORADO nace en Madrid en 2019. El proyecto surge de observar de cerca e interactuar con la naturaleza, sus cambios, y evolución. Somos Mónica y Teresa, (y como diría Agnès Varda) nos consideramos espigadoras de la ciudad: recogemos, prensamos, herborizamos, combinamos y componemos muestras vegetales. Esto nos hace re-conectar con las diferentes especies que nos rodean, con sus ciclos, sus formas y su belleza. Con lo que aumentamos nuestra sensibilidad y comunicación vegetal.

Nuestro trabajo

El flow o estado de flujo define nuestra forma de trabajo. Es una sensación increíble que nos surge al involucrarnos y disfrutar tanto en las tareas que realizamos que olvidamos la noción del tiempo. Nosotras lo relacionamos directamente con el placer, nos alejamos de todas las distracciones para entrar en modo flow.

Una de nuestras tareas preferidas es la de poder seleccionar los elementos y las piezas con las que trabajamos. Por ejemplo, en los herbarios que creamos, siempre intentamos que confluya la parte estética con la educativa. Nuestros trabajos son un documento de un lugar y un momento y, muchas veces, es una forma poética de trabajar con la naturaleza, incluirla en nuestra rutina y transportarnos a un paisaje.

Por eso, la inspiración nos surge en los lugares más inesperados, como los brotes que se abren paso entre las grietas del cemento, o las flores diminutas que se dejan ver aprovechando un hueco de la pared. Lo que nos motiva es convertir todo esto, que pasaría por alto, en algo bello que podemos guardar para conservar el momento.

Reivindicamos el poder estético y funcional que la naturaleza tiene en nuestras vidas. En muchas ocasiones, los elementos que usamos en nuestra cotidianidad se han visto forzosamente divorciados de las plantas a las que pertenecen, lo que ha hecho que “no podamos ver el bosque que hay detrás del árbol”. Además de su poder visual, no perdemos de vista la tarea didáctica detrás del proyecto. Por eso, todas las especies con las que trabajamos (tanto herborizando muestras vegetales como recuperando láminas botánicas) pertenecen a especies con las que nos podemos identificar, que nos transportan a un momento pasado o nos recuerdan a un espacio o personas concretas.

Nuestros trabajos son un documento de un lugar y un momento

Nuestras muestras vegetales

Trabajamos con especies cotidianas, rurales, habituales… con las que todos podemos sentirnos identificados y nos pueden despertar memorias de nuestra infancia, o de unas vacaciones en el pueblo.

Todas las muestras (flores, hojas y plantas) que utilizamos para nuestro trabajo están recolectadas de manera cuidadosa y concienciada. Siempre que nos llevamos algo lo recogemos con mucho cuidado, asegurándonos de no causar ningún daño a la planta. Siendo conscientes y respetuosas con el medio que nos rodea. No compramos plantas o flores que ya hayan sido herborizadas, por lo que cada pieza que ves tiene una conexión natural y honesta con nuestra vida diaria y es algo en lo que personalmente nos hemos detenido a admirar y recolectar.

Nuestros materiales

Somos conscientes de la importancia de la sostenibilidad y lo tenemos muy incorporado en nuestra vida, además es primordial para nuestro trabajo; sobre todo, porque la naturaleza es nuestra principal fuente de materia prima. Cuidamos nuestro entorno e intentamos reducir nuestra huella de carbono evitando desperdiciar materiales siempre que podamos reciclarlos dándoles una segunda vida. Por ejemplo, todo nuestro packaging, rellenos o etiquetas vienen de materiales reaprovechados y reciclados. Nuestro compromiso es claro, e intentamos buscar el menor impacto posible en el proceso de creación de nuestro trabajo.

Manifiesto

Los seres humanos somos criaturas de la tierra, la palabra “humano” viene del latín humus: tierra. Respirar es la forma más sencilla de comprender que formamos parte de un sistema de comunicación con los seres vegetales.

Estamos íntimamente conectados, sin embargo, la vida urbana nos ha alejado de la naturaleza. A finales de los 90, los botánicos J.H. Wandersee y E. Schussler, acuñaron el término plant blindness o ceguera vegetal, con el que ya designaron el creciente desconocimiento y la falta de apreciación hacia el mundo vegetal por parte de la población. Hecho que se acrecienta en las grandes ciudades.

Queremos traer de vuelta la vida vegetal a nuestro día a día. Aunque vivamos en un entorno urbano, lejos de los campos y bosques, debemos entrar en un perpetuo estado de contemplación, movernos y ser conscientes del lugar que ocupamos e interactuar con las plantas y las flores que crecen sutilmente en el área que rodea nuestra casa y nuestra ciudad.